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Historia del Xoloitzcuintle

Existen evidencias de que diferentes culturas mesoamericanas tuvieron contacto con perros, entre ellas podemos hablar de los Tlaxcaltecas, Mayas, Zapotecas y Aztecas, por citar algunas.

 

De Acuerdo con estudios del Dr. Raúl Valadéz la primera evidencia específica de perros en México es por medio de figuras de barro encontradas en Tlapacoya y en Tlatilco, en el Estado de México y que tienen entre 7000 Y 8000 años de antigüedad.
Posteriores descubrimientos de restos de perros en Tlatilco evidencian que fueron animales con pelo y tienen una antigüedad de entre 6000 a 1100 a.C.

Con una edad fechada entre el 1100 a.C. y el 300 d.C. en Temamatla, Estado de México se descubrieron entierros con huesos de perros, así como huesos de perros en basureros, lo que indica que se utilizaban tanto para ritos mortuorios y como alimento en ocasiones especiales.

La relación Hombre-perro se fue intensificando y en ciudades como Teotihuacan (a 50 Kilómetros al norte de la Ciudad de México) entre los años 300 y 900 d.C. El perro era una de las tres especies de animales más abundante y ya se les criaba o compraba aunque no todas las personas podían tener acceso a ellos; Eran ejemplares con pelo. Aunque por otro lado existe, dentro del mismo complejo Teotihuacano, en el Palacio de Tetitla que era un centro teocrático administrativo, la representación de un perro de piel lisa, orejas erectas, color blanco y negro y con una dentadura en la que no se observan colmillos y existen espacios entre sus pequeños dientes; Lo que nos hace pensar en un Xoloitzcuintle, y que tiene una antigüedad de entre 1500 y 1600 años.

Teotihuacan
Palacio de Tetitla
Xoloitzcuintle Xoloitzcuintle

Después de la caída del imperio Teotihuacano, la ciudad de Tula (a 60 Kilómetros al noroeste de Teotihuacan) entre el año 900 y el 1200 d.C. se convierte en la Metrópoli más importante de Mesoamérica y es en esta ciudad en donde se ha encontrado la mayor cantidad de restos óseos de perros sin pelo de acuerdo con el Proyecto Arqueológico Tula 80-82.

Tula
Tula
Restos óseos de Xoloitzcuintle

En 1325 se funda la Gran Tenochtitlan, lo que hoy es la Ciudad de México, y en el mercado de Tlaltelolco se vendían perros tanto para ritos como para los sacrificios a sus dioses que se realizaban en el templo mayor.
Fray Bernardino de Sahagún relata:
" Los que los criaban traían al mercado muchos perros, y los compradores a su placer y contento buscaban el que era mejor, o de pelo chico, o de pelo largo."

Tenochtitlán
Templo Mayor
Mercado de Tlaltelolco

Con la llegada de los españoles a México en 1519 también se pudo documentar la existencia de los perros mexicanos, el más antiguo en el Siglo XVI por Fray Bernadino de Sahagún en el Códice Florentino escrtito entre 1547 y 1587. Menciona tres tipos de perros: el Izcuintli, (perro en lengua Nahuatl), el Xoloitzcuintlli (perro raro en Lengua Nahuatl) y el Tlalchichi (perro de piso en lengua Nahuatl); Diciendo: “Los perros de esta tierra tienen cuatro nombres: llámanse chichi y itzcuintli, también xochiocóyotl y también tetlamin, y también teuízotl. Son de diversos colores hay unos negros, otros blancos, otros cenicientos, otros buros, otros castaños oscuros, otros morenos, otros pardos y otros manchados.”
También menciona:
"Otros perrillos criaban que llamaban xoloitzcuintle que apenitas ningún pelo tenían, y de noche abrigábanlos con mantas para dormir".


Códice Florentino
Izcuintli
Xoloitzcuintlli
Tlalchichi


El naturalista Francisco Hernández que estudio la Historia Natural de la Nueva España en los años 1570 a 1577 informa refiriéndose a los perros que encontró:
“El primero, llamado xoloitzcuintli. Supera a los otros en tamaño. Que es por lo general de más de tres codos, y tiene la peculiaridad de no estar cubierto de pelo sino sólo de una piel suave y lisa manchada de leonado y azul. El segundo es parecido a los perros malteses, manchado de blanco, negro y leonado, pero, giboso con cierta curiosa y graciosa deformidad, y con la cabeza como saliéndole de los hombros mismos; suelen llamarle mechoacanense por la región donde nace. El tercero, llamado tlalchichi, es un perro semejante a los perros chicos de nuestra tierra, de mal aspecto, y en lo demás parecido a los comunes y corrientes”.Estas descripciones nos hacen pensar que el Itzcuintli pudo haber sido el ancestro del Xoloitzcuintle y posiblemente hasta del Chihuahueño.

El perro mexicano estuvo a punto de desaparecer, algunos creen que fue debido a que los españoles los consumieron indiscriminadamente, como lo menciona Francisco Javier Clavijero al comentar que “los españoles los encontraron nutritivos y de buen sabor y después de la conquista a falta de otra carne los comieron hasta acabar con la especie”. o a que tal vez trataron de eliminarlos deliberadamente, para evitar mantener vivas las tradiciones e ideas religiosas de los antiguos mexicanos después de la caída de Tenochtitlan en 1521.
Durante la época Colonial 1524 a 1821 casi no se tienen noticias del Xoloitzcuintle, esto debido quizá a que comenzó a subsistir en lugares apartados de las sierras de Colima, Jalisco, Michoacán y Guerrero y es hasta el Siglo XIX cuando se redescubren.

En ese mismo siglo XIX los franceses utilizaron la piel de estos perros para la elaboración de artículos como cinturones, carteras, etc. Afortunadamente entre los años 1930’s y 40’s, del Siglo XX hubo personas interesadas en conservarlo vivo entre ellas, algunos artistas como el muralista Diego Rivera (1886 – 1957), quien fue propietario de varios de estos ejemplares. Fue tanto su apego a ellos, que actualmente los podemos observar en algunos de los maravillosos murales que plasmó en diferentes Edificios de la Ciudad de México.Uno de los ejemplares favoritos de este gran pintor y de su esposa, la también pintora Frida Kahlo (1907 – 1954), era una hembra de color cobrizo y que presentaba un tupé de pelo café claro en la cabeza, y a la que llamaban "Güera Chabela” incluso ésta aparece en un cuadro de Frida que lleva por título el nombre de la perrita; También el pintor oaxaqueño Rufino Tamayo (1899 – 1991) los pintó.

Diego Rivera

Mural La Colonización

Mural Cultura Totonaca
Frida Kahlo
Perro Itzcuintle conmigo
Autorretrato con mono

También tenemos obras de los pintores, el oaxaqueño Rufino Tamayo (1899 – 1991), el Jalicience Raúl Anguiano (1915 - 2006 ). Personajes de otros ámbitos culturales también los han apreciado, el historiador y antropólogo italiano Gutierre Tibón (1905 – 1999) ha escrito sobre ellos y su misticismo en su artículo del año 1963 “ Anubis Y Xolotl ”, el escenógrafo Eduardo Garduño, y varios más los han popularizado.

Rufino Tamayo

Animales

Raúl Anguiano
Tajin

Aunque no sólo ellos han contribuido a su preservación, La investigación y el trabajo del Coronel Norman P. Wright quien organizó en los años 1950’S una expedición a la Cuenca del Río Balsas en los estados mexicanos de Guerrero y Michoacán para tratar de conseguir algunos ejemplares y así iniciar un plan de reproducción.

Coronel Norman P. Wright
Cuenca del Río Balsas
Sra. Lascelles de Premio Real
Sra. Condesa Lascelles de Premio Real considerarda como la máxima autoridad del Xoloitzcuintle en México

Posteriormente el Ing. Ibarrola y la Condesa Sra. Lascelles de Premio Real (1915 – 1998) iniciaron los primeros Registros de la raza en la Entonces Asociación Canófila Mexicana.

Y los ejemplares obtenidos solo eran otorgados a personas realmente interesadas en la preservación de la raza, se evitaba en lo posible la salida de las hembras al extranjero y así para 1955 ya existían 60 registros de estos perros en la Asociación

Para en 1956 EL Coronel Wright junto con el pintor Raúl Gamboa y el Dr. Manuel Hugo de la Rosa elaboran la primera norma racial.

Otras personalidades del mundo cinológico a quiénes debemos que nuestra raza no se haya perdido son el C.P. Oscar Jaloma quién en 1990 fuera presidente del Club Mexicano Amigos del Xoloitzcuintle y su esposa Socorro Romero de Jaloma, EL Sr. Rafael Giménez-Valdéz y sus hijos América y Fidel del Criadero “Itzcuintlan”,
Dentro de las nuevas generaciones entusiastas de la raza encontramos del Criadero “Teotihuacan Xoloitzcuintlis” a Ana María Rivera Huerta y al MVZ Mario Cortes Blancas. a Victor M. Alvarez, a Gabriel Mestre entre otros quienes han logrado grandes éxitos con sus ejemplares en México y el extranjero
El los años 90’s se funda el club Calófilo Mexicano del Xoloitzcuintle actualmente desaparecido.

En el año 1997 se intenta reactivar el Club Mexicano Amigos del Xoloitzcuintle, Intento que desgraciadamente no fructificó.

 

Ese mismo año la Señora Dolores Olmedo (1908 – 2002) gran amiga del Pintor Diego Rivera, Organiza en el Museo que lleva su nombre una exposición denominada El Xoloitzcuintle en la Historia de México, muestra de escultura, Pintura y Conferencias para dar a conocer más a la raza.

Dolores Olmedo
Catálogo de la Exposición " El Xoloitzcuintle en la Historia de México"

 

En el 2002 se crea el Club Calófilo del Xoloitzcuintle, también desaparecido y el Club de Razas Mexicanas Xoloitzcuintle y Chihuahueño, a.c. actualmente en funciones que organiza su primera exposición especializada en mayo del 2002 y desde entonces promueve pláticas y eventos para la preservación y mejora de esta tan bella raza mexicana.

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