Efigies
de perros parecidos al Gran Danés las encontramos tanto en
las tumbas de los Faraones Egipcios 3000 años a.C. como en
bajo relieves Asirios y que fueron utilizados para la caza y la
guerra.
Estos perros descienden de los Alanos o Alantes
perros del pueblo Iraní de los Alanos que fue expulsado de
su territorio por los Hunos y que llegó a Europa.
Los Fenicios y Griegos los difundieron por Europa hasta Inglaterra
y en el sur de Alemania en la ahora Ciudad de Ulm
en Wurtemberg y en Baviera, de acuerdo con representaciones de tapices.
También los Romanos contribuyeron a
la diseminación de estos perros, pues éstos junto
con sus molosos los acompañaban durante las invasiones y
posiblemente de ahí se hicieron algunas mezclas de los perros
romanos y los perros de guardia alemanes.
Ya para la Edad Media estos perros eran de dos tipos, los llamados
perros de cuerpo o de guerra, fuertes, ágiles y agresivos
y que se utilizaban durante los combates.
Y
los llamados de cámara que se usaban para la cacería
del jabalí y como protectores de sus dueños pues vivían
dentro de los castillos, también se les conocía como
Kammerhunde (perros de cámara), Ulmer Dogge o Dogos de Ulm
(por vivir en esa región alemana). Estos perros eran menos
corpulentos y de patas mas largas para poder acompañar a
los jinetes durante las cacerías.
Para el Siglo XIV en Inglaterra ya se criaban dogos y se presume
tenían cruza de Lobero Irlandés o de Mastín
Inglés. Según pruebas aportadas por el Barón
Georges Cuview. Se les utilizaba para la caza del oso, y se les
llamó Mastines de Lyme, fueron muy apreciados por la nobleza
inglesa y también diseminados por Europa como regalos entre
las casas reales, así estos perros vuelven a llegar a Alemania
pero ahora con el nombre de Dogos Ingleses.
Durante
los Siglos XVII y XVIII la crianza se comienza en Alemania y se
disminuye la importación de ejemplares ingleses e irlandeses,
se inician los primeros registros.
Con la unificación de los pueblos germánicos en el
Siglo XIX y gracias a ese gran fervor patriótico el Canciller
Otto Von Bismarck contribuye al desarrollo y difusión de
la raza pues constantemente se le veía acompañado
de sus dos “Dogos de Ulm” color pizarra.
Para ese mismo tiempo se comienza a unificar el nombre de la raza
para poder tener un nombre oficial ya que de acuerdo a la región
donde moraban o trabajo que éstos desarrollaban tenían
diferentes nombres incluso se les denominaba Gran Danés situación
que afectaba más políticamente que por el nombre de
la raza.
En
1870 los alemanes hacen todo lo posible por que el perro tuviera
una designación totalmente alemana y entre los años
1877 y 1878 a todos estos tipos de perros se les agrupa en un solo
nombre que sería Deutsche Doggen (Dogos Alemanes) hasta que
finalmente se le nombra Deutsche Dogge en singular para la exposición
canina de Frankfurt.
En 1880 Alemania Adopta a la raza como perro nacional y fue reconocido
por el Kennel Club Inglés en 1884 como Gran Danés.
Para 1891 el Club Alemán Deutsche Doggen Club (DDC) adoptó
una norma racial que es la que ha predominado en todo el mundo.
A
pesar de que 1906 Pierre Mégnin seguía distinguiendo
al Gran Danés y al Dogo Alemán como dos razas distintas
hasta que en 1921 Paul Dechambre declara que la denominación
de la raza no significaba su lugar de origen.
Aún así en 1935 los daneses en un congreso cinófilo
celebrado en Frankfurt trataron de aportar pruebas del origen dinamarqués
de la raza como descendiente del Dansk Hunde tesis que los alemanes
no pudieron refutar. Y que nos hace pensar que efectivamente existían
dos clases de perros muy parecidos los de Alemania y los de Dinamarca.
Fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial que desaparecen
los perros daneses y sobreviven los alemanes, poniendo fin a todo
tipo de discusiones para finalmente reconocer solo al Dogo Alemán.